Una Administración Pública para una Sociedad en Red

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Los desafíos que el siglo XXI le depara a la administración pública no pueden enfrentarse con un modelo conceptual propio del S. XX. En este contexto, se plantea la discusión sobre el papel de la administración pública y su actualización en términos de modernización y de profesionalización para enfrentar los retos de una realidad atravesada por las tecnologías de información y comunicaciones (TIC).

Las TIC se han transformado en el nuevo principio organizador de las relaciones entre el Estado, el mercado y la sociedad civil, en lo que se conoce como sociedad red global.

 

La revolución tecnológica es un proceso en marcha en todos los ámbitos de la vida cotidiana y en este nuevo escenario las instituciones y organizaciones están en riesgo si no son capaces de generar un nuevo valor para sus contribuciones.

Las administraciones públicas no son una excepción, ya que fundamentalmente su papel es de intermediación entre la ciudadanía y el interés general, y son una pieza clave para satisfacer necesidades y expectativas a través de las políticas públicas. Dada la necesidad de contar con una gestión pública moderna, ágil y eficiente, la innovación pública se vuelve una obligación, porque es a través de la mejora de ideas y prácticas novedosas que se genera el valor social y se proveen servicios públicos de mayor calidad.

De la mano de conceptos nuevos como el de Gobierno 2.0, propio de la nueva cultura digital, se ha ido incorporando a lo largo de las últimas décadas las ideas de transparencia, colaboración y participación ciudadana, en cuya base se encuentran los principios de la Web 2.0. En este sentido, la incorporación del Gobierno Electrónico, la conformación del fenómeno conocido como Estado Red, las leyes de acceso a la información pública abonan los esfuerzos por generar un Gobierno abierto (Open Government) que esté a la altura de mejorar las capacidades estatales y de modernizar la administración pública.

Si bien durante la última década en varios países de América Latina se registraron avances en el uso de las TIC en la administración pública, el panorama actual sigue mostrado que la infraestructura tecnológica continúa teniendo una utilización marginal y que el avance hacia un uso transversal de la tecnología se produce de manera lenta. En contraposición se encuentran los países europeos, que han avanzado hacia lo que se ha dado en llamar “paradigma tecno económico” y que entraña la digitalización de la economía en el marco de lo que algunos llaman una nueva revolución industrial. Esta digitalización europea es posible por la financiación de 20.000 millones de euros que recibió del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y uno de los impactos más destacables es el que se produjo en el ámbito de la gestión de lo público con la introducción de la administración electrónica, así como el aprendizaje electrónico, la inclusión, la cultura y la salud en línea.

El aprendizaje electrónico es una de las herramientas más interesantes para pensar el futuro de la administración pública, porque cuando se buscar formar un cuerpo profesional y coherente, necesariamente se debe considerar capacitar a funcionarios con habilidades para abordar problemas cada vez más complejos en sociedades cada vez más pluralistas e interconectadas. De la mano de las TIC y del surgimiento de la sociedad red aparece una nueva forma de organización del aprendizaje que genera, precisamente, redes que cambian la forma en que se produce la relación de aprendizaje y redefine la relación entre los participantes. Estas redes son entornos de aprendizaje en línea mediante las cuales los participantes comparten información y colaboran para crear conocimiento, creando una sociedad de aprendizaje en entorno de red.

En este sentido, el rol de la Universidad es estratégico, puesto que, además de proveer un cúmulo de saberes que van desde la formulación teórica hasta la evidencia empírica, las experiencias de las redes de aprendizaje en las universidades muestran que se produce una reciprocidad en la que los estudiantes aprenden gracias a los debates y a las explicaciones de sus pares. Esta experiencia de aprendizaje social que se produce en las redes de aprendizaje pone de manifiesto la posibilidad que dan las TIC de construir e intercambiar conocimiento en contextos de educación no formal (en el sentido de que no se produce en aulas durante las horas reloj de una clase).

Lo interesante de estas nuevas herramientas es el aporte que realizan cuando se aplican a la formación y capacitación de la administración pública, donde se ve al entorno educativo formal como un integrante de una red de saberes abierta. Se considera que todo espacio es un aula y se facilita la creación de un clima de interacción social, que sumado a la tecnología apropiada genere ámbitos de aprendizaje, intercambios de conocimientos e innovación. De esta manera, se busca generar una cultura que sea oportuna para el aprendizaje, donde el error y la interacción sea visto como parte del proceso formativo. En España se han identificado experiencias exitosas de modificaciones en las estrategias de comunicación entre los servidores públicos de Cataluña y Castilla y León, desde la perspectiva del aprendizaje colaborativo. Estas prácticas forman parte de las nuevas tendencias innovadoras en la formación del servicio civil y las políticas de gestión del conocimiento, en la que el autoaprendizaje y la colaboración entre profesionales es el objetivo de la estrategia enfocada en el aprovechamiento de las TIC y del entorno de red. Las experiencias de las comunidades de práctica en Cataluña y Castilla y León muestran la nueva perspectiva de construcción de conocimiento colaborativo, en tanto los saberes se producen y difunden a través de la interacción comunitaria, echando mano de los avances tecnológicos y la utilización de aulas virtuales, blogs, foros y plataformas institucionales.

La influencia de las TIC en la reorganización y desarrollo de capacidades de las administraciones públicas es un fenómeno en curso que ya ha mostrado beneficios, pero del cual todavía no conocemos completamente sus alcances. El desafío que tenemos por delante es profundizar en la senda del conocimiento y de la aplicación de estas nuevas herramientas para optimizar la relación del gobierno con la ciudadanía y cumplir con su razón de ser, que es mejorar la calidad de vida de todos.